Santa Comba, la ermita ferrolana que solo se puede visitar con marea baja

Santa Comba, la ermita ferrolana que solo se puede visitar con marea baja Ermita de Santa Comba, en Ferrol

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Los misterios de la playa de Santa Comba en Ferrol: restos de un naufragio y su ermita inaccesible

En 1915 el 'Highland Warrior', un carguero británico con rumbo a Sudamérica, encalló en Santa Comba tras intentar esquivar la amenaza de los submarinos alemanes. A día de hoy, sus restos aún reposan a diez metros de profundidad

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La costa gallega guarda innumerables historias de naufragios y leyendas marinas. El naufragio del Highland Warrior es una de ellas. Este carguero a vapor británico encontró su destino final frente a la playa de Santa Comba de Ferrol en 1915, tras quedarse encallado en los acantilados que cierran el arenal.

A día de hoy, todavía se pueden encontrar restos del buque y alguna pieza de bronce a diez metros de profundidad, mientras que la ermita de Santa Comba, testigo silencioso de la tragedia, permanece inaccesible durante la pleamar, escondiendo cientos de leyendas entre sus paredes.

El Highland Warrior fue construido en 1911 en los astilleros Russel&Company de Glasgow para la compañía Nelson Line, especializada en el transporte de pasajeros y mercancías entre Europa y América del Sur, principalmente Argentina.

En su último viaje, el buque había partido desde Londres rumbo a Brasil y Argentina con 50 tripulantes y 29 pasajeros. Antes de continuar hacia América del Sur, debía hacer escala en A Coruña para recoger más viajeros y depositar en el Banco Pastor 200.000 libras esterlinas en monedas de oro. Sin embargo, su travesía se vio truncada la madrugada del 3 de octubre de 1915.

La estrategia para esquivar submarinos alemanes que terminó en naufragio

Eran tiempos de la Primera Guerra Mundial y la amenaza de los submarinos alemanes en el Atlántico Norte era una realidad. Buques de la compañía de Nelson Line ya habían sido hundidos por los temidos U-Boot germanos, como el Highland Hope, el Highland Brae y el Highland Corrie.

Es por esa razón, que el capitán del Highland Warrior decidió navegar más cerca de la costa para evitar ser detectado por los submarinos enemigos. Una espesa niebla dificultaba la visibilidad cuando el buque encalló en el bajo de Cercado de San Antón, muy cerca de la playa de Santa Comba. La colisión sacudió la nave y provocó el pánico entre los pasajeros, aunque no hubo víctimas mortales, según recoge Rosa Méndez Fonte en la revista cultural Columba.

El carguero 'Highland Warrior'.

El carguero 'Highland Warrior'. Desde la croa

Como apuntaba la prensa de aquel día: "En las abruptas playas de la parroquia de San Martín de Cobas han ocurrido otros accidentes marítimos, pero ninguno tan próximo a la tierra como el acaecido en la noche del sábado al domingo último. La niebla, uno de los mayores enemigos de la navegación, ha sido la causa del siniestro. Como el estado del mar no era malo, como con mucha frecuencia ocurre en dicho sitio, afortunadamente no ocasionó víctimas el siniestro. De haber sido en otras ocasiones, hoy, seguramente tendríamos que lamentar pérdidas sensibles".

Desgraciadamente, un mes más tarde del hundimiento, uno de los trabajadores que se dedicaban a recoger madera de los restos del vapor inglés en la playa de Sartaña murió ahogado. El hombre era Benito Varela, de 42 años y vecino de la parroquia. "Hallábase subido a una peña y de pronto un golpe de mar lo arrojó contra la misma, a donde quedó asido. Seguidamente vino una gran ola y lo arrebató, llevándolo al fondo y desapareciendo el infeliz en las profundidades del mar en muy pocos momentos. Los compañeros que desde tierra presenciaban la triste escena, no pudieron prestarle auxilio. Su cadáver, pasados unos momentos, lo vieron flotar sobre las olas y desaparecer nuevamente", informaba la prensa el 17 de noviembre de 1915.

Muchos fueron los esfuerzos por recuperar la mercancía del Highland Warrior e intentar liberarlo. Se lograron salvar las monedas de oro y parte de la carga, principalmente cajas de botellas de soda y ginebra, que fueron llevadas a Ferrol y posteriormente subastadas.

Playa de Santa Comba

Playa de Santa Comba

Diversos buques de salvamento, como los vapores Camelle, Finisterre, AnteloJosé Higinio, junto con el pesquero Wiking, intentaron liberar el Highland Warrior del arrecife, pero sus esfuerzos fueron en vano. El barco quedó abandonado a su suerte y, un año más tarde, las olas terminaron de desintegrarlo por completo, quedando sus restos dispersos en el fondo marino.

Entre los objetos recuperados del naufragio, queda un enigma todavía sin resolver: la campana de babor del buque, que nadie sabe cómo terminó en la Iglesia de Santiago en Pantín.

Los restos que todavía quedan

Hoy en día, buceadores aseguran que aún se pueden encontrar restos del Highland Warrior a unos 10 metros de profundidad, cerca de la ermita de Santa Comba. La capilla, ubicada sobre un islote y rodeada de un paisaje agreste, sólo es accesible con la marea baja a través de unas escaleras de madera y hormigón. Esta ermita románica del siglo XI no está tampoco exenta de leyendas y misterios.

Una de ellas relata el milagro de un barco atrapado en una feroz tormenta frente a la costa de Covas. Sus desesperados tripulantes invocaron a Santa Comba y, al verse salvados, mandaron construir la ermita en su honor.

Más allá de las leyendas, junto a la capilla aún puede verse una enigmática "barca" de piedra de la que se cree que es, en realidad, un sarcófago. Según la tradición oral de la zona, cuando se descubrió estaba cubierto por una losa con inscripciones, aunque la lápida desapareció sin dejar rastro. Sin embargo, la existencia de enterramientos bajo la ermita y las costumbres funerarias de la época refuerzan la teoría de que podría tratarse de una tumba ancestral.

La historia del Highland Warrior y de la ermita de Santa Comba son solo algunas de las muchas que han convertido la costa gallega en un cementerio de barcos y en un lugar de leyendas, donde el mar, impasible, guarda celosamente sus secretos.